¿Quiénes sómos?

Historia

Centro Médico Santa Catalina Paine comenzó a funcionar en el año 1999 en la calle Miguel Campino, al interior de una galería comercial llamada «Patio del Encanto», en la comuna de Paine, ahí nace con el nombre de «Centro Médico San Vicente». En el año 2003, se fusiona con el Centro Médico Santa Catalina Buin y se pasa a llamar Centro Médico Santa Catalina Paine, nombre que mantiene hasta el día de hoy. A partir de ese año se trasladan a Raúl Sánchez Cerda 57, donde se construye un edificio de 1 piso, donde se trasladan las consultas médicas, toma de muestras y sala de rayos. En el año 2020 se inauguró un nuevo edificio de 3 pisos, donde se encuentran Imagenología y Consultas Médicas. Esto permitió tener una mayor capacitad de atención, incorporando 10 nuevos box de atención y un espacio más amplio y cómodo para nuestros pacientes.

Misión

Nuestra importante Misión es ayudar a las personas prestando un buen servicio de salud y una atención de calidad a nuestros pacientes

Los valores de Paine

–  Honestidad En cada acto y cada palabra honramos la verdad, actuamos con ella en forma inmediata, transparente y firme.

– Lealtad / Compañerismo Solo con lealtad es posible cultivar relaciones basadas en la confianza mutua y transparencia. Protegemos de manera integral nuestro proyecto de empresa y sus valores, asegurando así su futuro y el propio.

–  Responsabilidad / Profesionalismo Asumir con madurez, excelencia y disciplina cada tarea que emprendemos y cada decisión que tomamos.

–  Respeto Solo con respeto a la libertad del otro y a nuestro entorno, este proyecto perdurará en el tiempo nuestras diferencias deben ser un complemento y oportunidad para generar valor.

–  Pasión La pasión por lo que hacemos es la energía que alimenta nuestra creatividad y progreso. La invitación a aportar, enriquecer nuestro trabajo y desarrollarnos es permanecer en cada una de nuestras funciones.

–  Disposición Para enseñar y aprender nuestras habilidades y conocimientos están al servicio de personas. Nuestra disposición a valorar las virtudes del otro es el complemento para enriquecer nuestro trabajo.  Esto nos permite adaptarnos a los cambios y fortalece nuestras relaciones en equipo.

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